lunes, 19 de diciembre de 2011

Encadenada a la palabra

Encadenada a la palabra vivo yo, buscando significados, tejiendo historias, leyendo libros. Analizo cada situación ligada a las palabras, como determinan nuestra vida, como nos van llevando según que hacemos con ellas por diversos caminos.
Por ejemplo ¿Cuántas veces decimos sin hablar y cuantas callamos hablando? ¿Cuántas veces escondemos detrás de las palabras los sentimientos mas profundos, las sensaciones, las percepciones, los prejuicios? ¿Cuántas veces callamos para no lastimar o hablamos de mas y terminamos abriendo heridas sin querer? ¿Cuantas preguntas fuera de lugar habremos pronunciado o habremos escuchado?
La palabra encierra una de las cosas mas preciadas del ser humano, la capacidad de entendernos, de expresarnos y de comunicarnos.
Incluso en silencio hablamos con nosotros mismos. Tenemos una voz interior que calla frente a los demás pero que habla y grita adentro nuestro.
Encadenada a la palabra vivo yo, escribiendo. Creando, soltando ideas, uniendo letras para formar oraciones que atrapen a quien las lee y le haga sentir lo que siento yo. No hay nada mejor que eso para mi. Es algo que llevo en la sangre que corre por mis venas, llega a mi mano y lo escribe, lo plasma en el papel.
Al escribir estas palabras se me eriza la piel, se me hace un nudo en la garganta, una lagrima comienza a formarse en mi ojo para decidirse a caer en cualquier instante. Se me acelera el corazón.
Y si, se podría decir que es amor. Estoy enamorada de la palabra. Y en un suspiro lo establezco al terminar de leer un libro, al construir un poema, al inventar un cuento, al describir un personaje, al redactar una historia que podría ser la tuya.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Los días tristes del calendario

Se altera tanto mi corazón, es como si estuviera hablando. O mejor dicho gritando. No puede callar la pena ni espanta a la realidad con su llanto. Se estremece ante el mínimo cambio, el viento soplando ya es razón para aturdir la quietud de su desesperante soledad.
La música es el remedio de mi alma aunque por momentos parece ser la enfermedad de los recuerdos, porque brotan por mi piel y estremecen cada centímetro de mi memoria para luego dejar caer por mi mejilla lagrimas negras en la madrugada.
Mi persona ronda los días tristes, es que este año se han sumado nuevas fechas a mi calendario, días que optaría por olvidar, que preferiría desterrar de mi vida .
El sordo grito del silencio se estampa contra la pared de la ausencia. Ya nada queda de lo que era, todo lo que hay es lo que soy , lo que sueño y deduzco de lo que fui, un montón de nada y aquí mi corazón implorando salir al mundo para ser, simplemente ser.