Cada día es un sobrevivir diferente, por los sentimientos que surgen, por las distancias que se generan, por los olvidos del tiempo reciente y los recuerdos del pasado que debería estar enterrado pero que todo el tiempo esta frente a mi.
Siempre siguiendo, como se puede, pero siguiendo, no será la mejor manera, no será la única pero es la que surge entre la maraña de sensaciones desencontradas de mi mundo.
Las costumbres del día a día, el mate por la mañana , el café por la noche, el despertar sin ganas y el decirme constante "Dale vos podes". Esa sensación que nunca acaba, de querer bajar los brazos y que una fuerza interior no lo permite, me llega una voz interna que dice "Seguí remandola, no pierdas la esperanza, aquello que tanto quieres llegara y el dolor que viviste y que como un tatuaje llevas en la piel quedara atrás y por mas que no va a desaparecer nunca, dejará de ser lo único constante en tu vida para transformarse en el trampolín que te lleve a estar mejor."
Solo palabras, estimulación constante para la agonía de mi corazón, que esta roto en mil pedazos pero que tiene la fe de estar mejor.