Hoy quisiera desterrarte de mi vida, enterrarte en el pasado, sacar tu imagen de mi mente y tu mirada de mi corazón.
Hoy quisiera tantas cosas que no sabría por donde empezar.
Primero quiero olvidar tu sonrisa, luego tus besos y después tus labios.
En segundo lugar quisiera dejar de pensar que me pasara cuando te olvide.
Y en tercer lugar quisiera que nunca mas pises mi calle, se que podría percibir tus pasos y no lograría resistir tenerte tan cerca.
Hoy quisiera arrancarte de mi corazón, quisiera borrar las huellas que has dejado en mi interior.
Hoy quisiera pedirte que te vayas pero es tan fuerte este sentimiento que todo lo que quiero nunca pasara porque tu has anclado en mi corazón y jamás conseguirás salir de allí.
BRENDA SEIGUER
Hoy quisiera tantas cosas que no sabría por donde empezar.
Primero quiero olvidar tu sonrisa, luego tus besos y después tus labios.
En segundo lugar quisiera dejar de pensar que me pasara cuando te olvide.
Y en tercer lugar quisiera que nunca mas pises mi calle, se que podría percibir tus pasos y no lograría resistir tenerte tan cerca.
Hoy quisiera arrancarte de mi corazón, quisiera borrar las huellas que has dejado en mi interior.
Hoy quisiera pedirte que te vayas pero es tan fuerte este sentimiento que todo lo que quiero nunca pasara porque tu has anclado en mi corazón y jamás conseguirás salir de allí.
BRENDA SEIGUER
Farewell
ResponderEliminarMientras yacia con ella, confirme mi aversión hacia ese tipo de reloj que emite un clac con cada segundo. Que aparato mas cruel! Que artilugio malvado!
Le pregunte si seria nuestra ultima noche, y según ella eso dependía de mi.
Que comico! Según mi, eso dependia de ella.
Evidentemente, ambos nos mentimos de pura costumbre.
Y mientras sangraba mi consciencia, pues no crei en tal mentira, cada segundo que perdiamos gritaba “clac” y luego “clac” y entonces “clac”.
Cada segundo se restaba de la cantidad predefinida de segundos que nos quedaban aun.
Y yo sabia que eran pocos, terriblemente pocos, y exagerando su perversidad se suicidaban estos y me lo hacian saber para que fuera totalmente consciente de lo fugaz de nuestra ultima vez.
Pero me equivoque, una vez mas, y la cantidad de segundos fue aun menor.
Se levanto a la madrugada y se fue.
Los ruidos del jean y del cierre ahogaron los clac.
Los ruidos del bolso y sus cosas ahogaron los clac.
Las sonoras pisadas de sus zapatos ahogaron los clac.
Y por ultimo fue la puerta..
Entonces volvieron a arremeter los segundos, y mi juicio y mi sanidad los dejaron vencer.
Griten cuanto quieran! Malditos! Y corran y desaparezcan cuanto antes! Nada deseo mas que aquello, pues nada me queda ya por desear.
Afuera llovia. Adentro tambien.
Jamas habia estado en un cuarto tan vacio.
Todo dejo de ser, incluso yo.
(y "Sanar" de Drexler..)