En un mundo donde las calles dejan problemas vivo yo, donde se necesitan boletos para amar.
En un mundo donde el valor aterra y algunos cuantos maltratan a la felicidad vivo yo, donde no conozco lo que me pertenece.
En un mundo donde exponerse te deja en camino vivo yo, donde la ausencia siempre es segura.
En un mundo donde el dolor me busca vivo yo, donde la inmensidad se crea por perder.
En un mundo donde la inocencia me mira y me dice adiós vivo yo, donde hablar cuesta mucho mas que las palabras.
En un mundo en donde compartir es mucho menos que la mitad de nuestro orgullo vivo yo, donde el fruto de comparar en muchos casos es alegría.
En un mundo donde el aire simula respirarse vivo yo, donde las ilusiones se pisan para construir cemento.
En un mundo donde la risa puede menos que la angustia vivo yo, donde los ríos son de agua salada.
En un mundo donde es sincero el que omite y no el que dice la verdad vivo yo, donde las canciones pierden sentido.
En un mundo en donde no se abrazan los sueños vivo yo, donde contar es sumar melancolía aunque las lagrimas no sobran.
BRENDA SEIGUER
En un mundo donde el valor aterra y algunos cuantos maltratan a la felicidad vivo yo, donde no conozco lo que me pertenece.
En un mundo donde exponerse te deja en camino vivo yo, donde la ausencia siempre es segura.
En un mundo donde el dolor me busca vivo yo, donde la inmensidad se crea por perder.
En un mundo donde la inocencia me mira y me dice adiós vivo yo, donde hablar cuesta mucho mas que las palabras.
En un mundo en donde compartir es mucho menos que la mitad de nuestro orgullo vivo yo, donde el fruto de comparar en muchos casos es alegría.
En un mundo donde el aire simula respirarse vivo yo, donde las ilusiones se pisan para construir cemento.
En un mundo donde la risa puede menos que la angustia vivo yo, donde los ríos son de agua salada.
En un mundo donde es sincero el que omite y no el que dice la verdad vivo yo, donde las canciones pierden sentido.
En un mundo en donde no se abrazan los sueños vivo yo, donde contar es sumar melancolía aunque las lagrimas no sobran.
BRENDA SEIGUER
Sin duda que no es la mejor visión del mundo. Pero es honesta.
ResponderEliminar