Yo sabia que algún día volverías, yo sabia que algún día admitirías que te importaba, no me quedaba otra cosa que esperar y así sucedió.
El tiempo supo curar mi herida, hasta hace poco sangraba por tu partida, ahora se que si vuelves mi puerta no estará abierta para ti.
Poco a poco fui entendiendo, las lagrimas fueron cayendo; el pañuelo seco las gotas del mar profundo que llevaba adentro.
Ahora sabes que has hecho mal en aparentar no sufrir por ese amor que en algún momento nos unió y cuando te diste cuenta ya fue demasiado tarde.
Sabes que yo te quise como a nadie y que nadie te va a querer como yo lo hice. Ahora la vida se te vuelve una inmundicia porque estas acorralado entre hojas de rencor, sin perdón alguno que calme tu dolor. No puedes perdonarte.
Yo te perdono por hundirme en una locura de amor, por arrastrarme a la desolación, por no curarme las heridas y por darme la espalda cuando mas lo necesitaba, te perdono porque el pañuelo seco las lagrimas de odio que en mi habitaban y las transformo en amor hacia la vida.
El aire que tu respiras yo ya lo respire, no podrás volver a mi aunque sea lo que mas desees, ahora eres tu el que quiere estar conmigo pero yo ya dije basta y aquí estoy escribiéndote la carta del adiós.
BRENDA SEIGUER
El tiempo supo curar mi herida, hasta hace poco sangraba por tu partida, ahora se que si vuelves mi puerta no estará abierta para ti.
Poco a poco fui entendiendo, las lagrimas fueron cayendo; el pañuelo seco las gotas del mar profundo que llevaba adentro.
Ahora sabes que has hecho mal en aparentar no sufrir por ese amor que en algún momento nos unió y cuando te diste cuenta ya fue demasiado tarde.
Sabes que yo te quise como a nadie y que nadie te va a querer como yo lo hice. Ahora la vida se te vuelve una inmundicia porque estas acorralado entre hojas de rencor, sin perdón alguno que calme tu dolor. No puedes perdonarte.
Yo te perdono por hundirme en una locura de amor, por arrastrarme a la desolación, por no curarme las heridas y por darme la espalda cuando mas lo necesitaba, te perdono porque el pañuelo seco las lagrimas de odio que en mi habitaban y las transformo en amor hacia la vida.
El aire que tu respiras yo ya lo respire, no podrás volver a mi aunque sea lo que mas desees, ahora eres tu el que quiere estar conmigo pero yo ya dije basta y aquí estoy escribiéndote la carta del adiós.
BRENDA SEIGUER
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