Es el sonido de tu voz el que me inspira, es tu forma de ver la vida lo que ha rescatado a mi corazón del abismo. En tus ojos pude descubrir que la tristeza nada en el fondo de tu pupila y que con sonrisas el mundo puede creer que no existe y que solo quienes sentimos ese mismo dolor podemos entender que allí se encuentra.
La risa constante, el murmullo conciliador, el espejo que refleja una ilusión, eso que siempre quisiste ser y no te animaste y siempre pensas que no lo vas a poder lograr pero alentas el otro a que lo haga, ese modo simple y complejo de transitar.
De una desilusión nació este sentimiento, de querer salir en busca de una nueva respuesta a la misma pregunta que siempre me esquivaba, desesperadamente corriendo detrás de algo que solo yo se sentir, que solo yo veo y busco atravesando mis miedos, y el mas temido, el miedo de mi.
Sueño despierta, vivo en un sueño, agarras mi mano, transitas este camino que construyo en el aire para los dos a mi lado, sin reproches, sin reclamos, sin pretensiones, simplemente caminas a mi lado; pero solo es eso un sueño, porque hay cosas que nunca van a poder ser, porque nada es lo que era.
Aquí estoy dejando atrás una parte de mi, escapando de esa parte de mi vida, esa parte que tanto marco mi existencia pero que no puedo seguir llevando en la mochila, mi equipaje lo llevo a medio cargar para que paso a paso lo complete. Y ahí te encuentro a vos ayudándome a trasportarlo sin saberlo, sin imaginarlo, y a pesar de todo.
BRENDA SEIGUER
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